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El Postigo: Opinó el pueblo bueno y sabio

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El Postigo: Opinó el pueblo bueno y sabio
No podía esperarse nada menos que la aprobación de los proyectos de López Obrador, llevados a consulta pública este fin de semana pasado, por un 90 por ciento de los que fueron a las urnas. Entre esos proyectos está el Tren Maya, que nos toca en la región sureste.

Rollo: Ambrosio Gutiérrez Pérez

No podía esperarse nada menos que la aprobación de los proyectos de López Obrador, llevados a consulta pública este fin de semana pasado, por un 90 por ciento de los que fueron a las urnas. Entre esos proyectos está el Tren Maya, que nos toca en la región sureste.

Y no podía esperarse otra cosa por la forma en que se consultó, además de la inducción al voto favorable que hizo el propio Presidente electo. Qué bien, porque así, al menos, caminará sin prejuicios morales después de que el pueblo bueno y sabio emitió su veredicto.

Pero también el pueblo bueno y sabio emitió opinión sobre él y su desempeño en estos meses en que, siendo aún Presidente electo, ha actuado como si ya lo fuera constitucional (lo será a partir del 1 de diciembre).

Una encuesta de El Universal presentada este lunes advierte lo que está pasando en torno a la figura del tabasqueño en un lapso muy corto.

Esa encuesta dice que el apoyo a Lopez Obrador disminuyó en un 9 por ciento entre agosto y noviembre. La calificación que le otorgan los ciudadanos a su labor como Presidente electo pasó de 7.4 a 6.8. En agosto pasado tenía 64 por ciento de aprobación y hoy el 55 por ciento.

También, aumentó 5 puntos el porcentaje de quienes desaprueban algo o totalmente el papel desempeñado hasta ahora.

Quienes creen que el país empeorará con López Obrador pasó de 6.5 a 12 por ciento y además, un 20 por ciento cree que la corrupción puede ser el mayor error del gobierno que inicia el 1 de diciembre.

Los resultados de la encuesta de El Universal son consecuentes con las decisiones y las contradicciones de López Obrador, pero quizás la que más esté influyendo en su caída es su declaración de que perdonaría a los corruptos (aunque ahora haya dicho también que llevará a consulta si se enjuicia a los ex presidentes).

No olvidemos que todos sus años de campaña estuvieron montados en el combate a la corrupción, en acabar con los corruptos que han saqueado al pueblo de México.

Ahora, muchos de esos 30 millones que votaron por él, están viendo que su decisión “flaquea”, que habla de perdonarlos y, en el colmo, que no le importa que la gente se moleste o deje de creer en él, porque defiende sus convicciones.

Es decir, su principal oferta de campaña ya no lo es tanto como Presidente electo y los mexicanos no somos idiotas como para no darnos cuenta que cuando dice una cosa también está diciendo la otra. Claro, le falta ser Presidente constitucional y lo será a partir del 1 de diciembre. Sigue teniendo el beneficio de la duda.