Las autoridades de Corea del Sur clausuraron el completo Taepyeong-dong, ubicado en la localidad de Seongnam, al sur de Seúl, que no era más que un matadero de perros, quizá el mayor en toda la capital de ese país al otro lado del mundo.
Lo anterior fue dado a conocer en el sitio López-Dóriga, explicándose que ese macabro lugar era uno de los principales proveedores de carne canina de los restaurantes.
La organización «Humane Society International» recorrió el matadero, constatando que se asesinaba a los perros de manera cruel, como electrocutándolos delante de otros canes, es decir, había maltrato en su máxima expresión.
El lugar fue clausurado y se anunció que la siguiente semana empezará su transformación y se convertirá en un parque público.
Aunque no hay una ley que regule el sacrificio de perros en Corea del Sur, el consumo de su carne ha disminuido considerablemente. Una encuesta realizada el año pasado reveló que el 70 por ciento de los ciudadanos no come dicha carne, pero solo el 40 por ciento considera que hay que prohibir su consumo.