Tres largos días estuvieron funcionarios de vida silvestre de Maryland, Estados Unidos, rastreando a un pequeño oso negro para poder inyectarle tranquilizante y así quitarle un bote de plástico que tenía atorado en la cabeza.
La cría de oso, de unos 45 kilos fue liberada cerca del centro turístico Wisp Resort en McHenry, durante un festival anual de otoño, reportó el periódico Cumberland New-Times, de acuerdo a lo que reporta Milenio Digital.
Un grupo de observadores en el centro turístico estaba cautivado de ver cómo el osezno regresaba a los bosques cercanos luego de liberarse de la molestia de plástico que bien pudo haberlo matado.