Un indigente que deambulaba por la avenida Jacinto Canek amaneció bien tieso en un murete que divide dos comercios de la zona.
Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Vaya espanto se llevó toda la raza que caminaba ayer sobre la avenida Jacinto Canek, mero frente al Hospital O’Horán, pues había en plena vía pública un muertito, justo en medio de dos establecimientos comerciales cuyos encargados igual estaban bien sacados de onda porque día con día veían por allá deambulando al hombre que ayer quedó convertido en fiambre.
De Peso estuvo averiguando qué onda. Resulta que el hoy occiso era un indigente del rumbo, que rolaba por la Canek, en las zonas aledañas al O’Horán, y que se quedaba a dormir donde en donde encontrara más suave el cemento.
La cosa es que el hombre, presuntamente de edad avanzada, fue visto como a las 8 de la mañana de este lunes acostado en el pretil que divide una farmacia de una tienda de conveniencia.
Los encargados de ambos changarros ni se inmutaron porque a veces se quedaba a dormir allá. Sin embargo, el día avanzó y el hombre seguía allá acostado.
Fue así como mejor se pidió la asistencia de paramédicos para que lo revisaran, y ya estaba bien muerto, por lo que de inmediato cayeron agentes de la SSP para acordonar la zona y esperar la llegada del Semefo para levantar el cadáver de este sujeto desconocido.
En el muro donde estaba acostado había una enorme mancha de sangre, por lo que no se descarta que hubiera vomitado el hígado por algún presunto padecimiento de cirrosis.